Hugo Páez
No creo posible que Felipe Calderón Hinojosa haya dicho “El PAN es mi casa y en ella mando yo”, como asegura Juan Molinar Horcasitas en una lucha epistolar sin precedentes en Acción Nacional.
El ex presidente es un tipo antipático, como lo definió Jorge Volpi, pero no idiota.
Sin lugar a dudas toleró una gran soltura con algunos de sus colaboradores más cercanos, con la manga ancha para autorizar dudosos contratos de designación directa, bajo la alerta de seguridad nacional por el virus de influenza AH1H1.
En esas aguas navegó con fluidez Patricia Flores Elizondo, de la mano de su alfil Laura Martínez Ampudia en la Secretaría de Salud a cargo del doctor Jose Angel Cordova Villalobos, ahora candidato del PRI a la alcaldía de León Guanajuato.
Patricia impuso directores de administración y oficiales mayores en las dependencias, era la mano que palomeaba adquisiciones desde la Jefatura de la Oficina del Presidente de la República. No hay forma de que Felipe Calderón evite esa responsabilidad.
Pequeños ejemplos son la compra de ventiladores especiales de respiración presuntamente para hacer atender casos extremos de influenza, y las impresionantes salas de teleconferencia con hardware Cisco, en las dependencias. Estos dos casos rebasaron los mil millones de pesos.
Será un festín para los adversarios de Córdova Villalobos escarbar en el archivo de las compras inútiles del Sector Salud durante su gestión, siempre y cuando el partido que lo postula, mismo del gobierno federal, permita el acceso a la información, como lo marca la exigencia de todos los partidos en estos tiempos donde la transparencia es estridencia en el discurso, y ausencia en los hechos.
Pero Felipe amenaza con un nuevo partido político. Tal vez para tranquilidad de su psique imagina conquistar de nuevo la presidencia de la república que regresó al PRI en el 2012, o simplemente se trata de desmadrar al PAN por otra ruta, frente a la sucesión de fracasos contra Gustavo Madero Muñoz.
La carta de Juan Molinar Horcasitas esté llena de medias verdades, amenazas que no llegan a ser letales, porque se trata de cumplir intereses específicos. Tacha a Calderón de voluntarioso, iracundo, temperamental y falto de carácter. Pero Juan Molinar tiene elementos sólidos para abrir una averiguación previa contra el ex presidente de la república, obtenidos en la Dirección General del IMSS, principalmente en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a partir de que tomó la estafeta de Luis Téllez Kuenzler, después del escándalo de las grabaciones que presentó Purificación Carpinteyro, no obstante se queda en el pleito de comadres, ya que su pretensión no es hacer justicia, ni buscar la rendición de cuentas, el objetivo es callarlo e inmovilizarlo.
Por eso la respuesta epistolar de Calderón donde le dice mentiroso, amargado, infeliz y malagradecido. Saben donde no tocarse, porque ese terreno prohibido da para solicitar una Fiscalía Especial que investigue a Felipe Calderón Hinojosa y su equipo por presuntos actos de corrupción.
El pantano tampoco le conviene al PAN. En estos momentos electorales está enredado en la bandera de la anticorrupción y transparencia, contra el gobierno de Enrique Peña Nieto. De hecho será uno de los propósitos al iniciar el periodo ordinario de sesiones de la Cámara de Diputados y la de Senadores, Ricardo Anaya Cortés abrió la temporada con spots de radio y televisión donde “México no va por el camino correcto”.
Todo eso está calculado por Felipe. En realidad sus adversarios son endebles, no emprenden una cruzada por la justicia, lo suyo es la cruzada por las migajas, que, en tiempos electorales, tienen el sabor del pastel completo. Ese pastel perdido en el 2012 y que no deja en paz al ex presidente.
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