Hugo Páez
En los comicios del 2015 el PRD tendrá los mayores negativos en Guerrero de los últimos 10 años. Aun cuando no será fácil derrotarlo, es el punto más débil, no propicio para llegar a las urnas con la imagen de sus figuras y posibles candidatos, conviviendo, impulsando, abrazando al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, quien permanecerá otros 20 días en arraigo.
La derrota es previsible, por lo tanto, calmar el estado, será el peor enemigo en la estrategia con miras cancelar la elección el próximo año y reconstruir la imagen del Sol Azteca.
Voces en pro de la cancelación sobran, pero no es la posición de un presidente de partido, por eso el cuidado de Carlos Navarrete, y, en sentido contrario, la desmedida apreciación del presidente del Senado Miguel Barbosa al desacreditar las condiciones de seguridad para los electores.
Guerrero se juega el capital político del PRD. La agenda estará llena de provocaciones en Chilpancingo -la capital en manos del PRI-, bloqueos carreteros y posiciones alarmistas como la suspensión de clases en 100 planteles escolares de Acapulco, decretada por Salvador Martínez de la Rocca, Secretario de Educación y ex líder del movimiento estudiantil del 68.
La estructura desplantada por Ángel Aguirre Rivero sobrevive a la tormenta de la barbarie en Iguala. Inició como un proyecto transexenal, impulsado por Marcelo Ebrard Casaubón, pero sufrió fuertes cambios por los enfrentamientos entre el Jefe y el ex Jefe de Gobierno del DF.
Miguel Mancera y Joel Ortega, en su calidad de director del Metro y acreedor de viejos rencores, descarrilaron a Marcelo con la Línea 12, no obstante permaneció Armando Ríos Piter en el ánimo sucesorio de Aguirre Rivero. El senador cercano a Ebrard recibió golpes por su cercanía a José Luis Abarca. Las bardas de Iguala fueron adornadas con el slogan “Territorio Jaguar”, su seudónimo, ahora es un riesgo más del PRD.
Guerrero entró en una nueva dinámica, en la operación antibloqueos carreteros de Enrique Galindo Ceballos, Comisionado de la Policía Federal, en cumplimiento de la promesa de Enrique Peña Nieto a los empresarios de Acapulco. Nada fácil, el domingo fue de infiernos en Chilpancingo. La provocación de la CETEG y normalistas de Ayotzinapa es evidente, la desinformación de los grupos de choque como estrategia mediática, es la primera versión que inunda las redes y aumenta el encono.
Pero a medida en que se radicaliza el movimiento, mayor es el rechazo social.
El EZLN lo ve como oportunidad de renovación, la Sección 22 de la CNTE en Oaxaca lo tomó como una bandera más, y el reclamo auténtico de los padres se pierde cada vez más en una mezcla de reacciones violentas que construyen las condiciones de “inseguridad”, necesaria para reventar los comicios del 2015.
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