Hugo Páez
El
mismo día en que Luis Videgaray declaró que el estado mexicano está amenazado
por lo situación de Michoacán, el Vocero de Presidencia de la República Eduardo
Sánchez Hernández, deja en tema de seguridad, una semana después de afirmar que
también lo asumiría.
Es
el intento más visible del gobierno federal por bajarle decibeles al tema
dominante, a la placenta que mantuvo en tensión todo el sexenio de Felipe Calderón.
Mover
a Sánchez Hernández de Gobernación a Los Pinos, cuando los medios y la opinión
pública lo identificaron durante el primer año como el vocero del gabinete de
Seguridad de la Secretaría de Gobernación es una movimiento que aparentemente
deja sin voz al tema, y la levanta en la agenda de proyectos del presidente
Enrique Peña Nieto.
Pero
lo cierto es que las declaraciones del Secretario de Hacienda al invadir
territorio del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong demuestra la
interrelación de los temas con la tenue línea que lo define, y que podrá ser brincada
a la menor provocación.
Los
números son terribles. Los secuestros registrados en los primeros ocho meses
del año rebasan los anteriores. Peor aún, Isabel Miranda de Wallace reporta 2
mil 421 secuestros, aproximadamente mil mas que los oficiales, que en
comparación con cifras anteriores reportadas por organismos gubernamentales, también son record.
El
movimiento del vocero parece rectificar una novatada de inicio de sexenio: ¿Cómo
es posible que la seguridad tenga vocero y presidencia no, sobre todo si se
trata de bajar el tema de los medios de comunicación?
David
López no ejerció la vocería, no estaba puesto para eso, sin embargo la compleja trama permeada por los grupos delictivos y el soporte de base social en
cientos de comunidades, difícilmente permitirán a Eduardo Sánchez zafarse de la relación que tienen con seguridad, a menos que las conferencias de prensa se reduzcan a sesiones
informativas.
En
Gobernación salió al paso sin grandes reclamos, no tendría porque no hacerlo
desde Los Pinos, con la ventaja de una agenda plural, ya que la realidad y la
exigencia de información lo meterá en el tema, de lo contrario los vacíos serán
cubiertos como en sexenio de Felipe Calderón donde la Marina precipitaba
conferencias de prensas en una contienda absurda con el Ejército, la
Procuraduría General de la República y la Policía Federal.
Así
vimos “presuntos” explosivos en manos de “terroristas” que resultaron en
químicos base de sosa y potasa cáustica, por ejemplo. O la barbaridad en la
muerte de Arturo Beltrán Leyva en Cuernavaca con imágenes que lo mostraron
abatido y humillado, con los pantalones abajo, tapizado de dólares pegados al
cuerpo, cuando fue un operativo de la Secretaría de Marina.
Ahora
el tema dominante es mas nebuloso ¿Hasta donde llega lo legal de las autodefensas..?
¿Cuáles son auténticas y cuales son organizaciones delictivas simuladas? ¿En
donde está la fórmula tecnológica contra la extorsión telefónica..? ¿Cual será
la estrategia para combatir el secuestro?
Hay que
recordar que con menos de la mitad de los plágios reportados este año, en el
2004 la sociedad se organizó para protestar en la llamada Marcha Blanca, por
cierto la más nutrida de la historia.
El
movimiento del Vocero a Los Pinos parece una buena decisión con el objetivo de
concentrar el tema y explicarlo desde todas sus facetas: el factor pobreza está
íntimamente ligado con la inseguridad; la migración de Guatemala, Honduras y El
Salvador también; el tema Energético con el robo de hidrocarburos en los
oleoductos es uno de los mayores negocios; las aduanas administradas por la
Secretaría de Hacienda que resultaron -cuando menos la de Lázaro Cárdenas
Michoacán- en puertas abiertas al tráfico de precursores químicos para la
fabricación de metanfetaminas y todo lo ilícito que pueda entrar, es tema de
seguridad; y ni que decir de lo político – electoral, la revelación de
presuntos acuerdos entre Jesús Reyna Secretario de Gobierno de Michoacán y los
capos Servando Gómez “La Tuta” y Nazario Moreno, en el sentido de que estos
mismos se lo impusieron al gobernador Fausto Vellajo como condición, amen de
las acusaciones de Luisa María Calderón sobre dinero del crimen el las campañas,
y la incursión de personajes ligados a los Caballeros Templarios en el Senado, son
situaciones del mismo drama: la inseguridad.
Así
que, si el Vocero Eduardo Sánchez rechazara cualquier tema relacionado con el
crimen organizado o la seguridad en general, pues será cosa de ver los
malabarismos de ese acto, aun cuando se nombre a otro especializado.
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