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martes, 19 de febrero de 2013

Buscan en CCH y Universidad del DF víctima que no dio el 1 de diciembre..?

Hugo Páez

La mañana del 1 de diciembre del 2012, Ricardo Monreal no podía ocultar la intensidad al señalar que el joven activista Carlos Valdivia era la primera víctima del régimen de Enrique Peña Nieto al morir a causa del impacto de una bala de goma.
El presidente electo aún no había tomado posesión. El recinto de la Cámara de Diputados desbordaba efervescencia por las palabras del coordinador parlamentario del Movimiento Ciudadano, quien, a sabiendas de que esa información se había desmentido minutos antes -lo comentamos en el palco Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Carlos Navarrete y yo-, Monreal proclamó en la tribuna la falsa muerte del activista.
Esa vez el movimiento MORENA se quedó sin mártir, sin embargo aun no concluye el capítulo de la toma del CCH para decir lo mismo. Desde la barrera se antoja una solución simple, pero la punta del iceberg presagia intenciones de consecuencias brutales para Miguel Mancera y movilidad política. De concretarse el drama, servirá de bandera contra todo el régimen y lo que representa Enrique Peña Nieto.
Peor aun, la reforma de la Asamblea Legislativa al artículo 362 del Código Penal del DF que liberó a los jóvenes acusados de vandalismo el día del cambio de poderes presidenciales, consolida la permanencia de la toma de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Esa la patente de corzo garantiza que la violencia y el daño patrimonial a las instalaciones sea una simple falta administrativa, y en consecuencia, eliminará la parte medular de la ley como elemento disuasivo.
Ese 1 de diciembre, el falso martirio fue desmentido a los pocos minutos en San Lázaro, Ricardo Monreal lo alargó cuatro días con el propósito de mantener viva la protesta contra “la imposición”, hasta que llegó a regañadientes la suave disculpa en la tribuna de la Cámara de Diputados.
Primero fue el plantel del Valle de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, un caldo de cultivo funcional a la izquierda radical. Ayer lunes la rectora Esther Orozco y las autoridades universitarias resistían presiones de renuncia a sabiendas que la petición es solo un pretexto para mantener un frente de lucha activo, como lo es el CCH y en lo que puede convertirse un sector del magisterio convocado por Andrés Manuel López Obrador el domingo, que prometió enarbolar su defensa contra la “amenaza” de la Reforma Educativa que pretende “quitarles sus plazas y privatizar la educación”.
Las señales están ahí, los estudiantes son aventados al frente de la lucha, con la irresponsable complacencia de la Asamblea Legislativa.

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