Hugo Páez
Josefina Vázquez Mota probó el sábado en la sesión del Consejo Nacional del PAN que puede ser el elemento aglutinador del partido, al que le urge primero desacelerar la caída, y posteriormente reconstruirse en las cenizas del “Peor de los mundos que vive el PAN”, parafraseando a Gustavo Madero.
Difícilmente olvidará los agravios del calderonismo, atrincherado en la Cámara de Senadores, y además tendría que enfrentar los intereses del maderismo, representado en la bancada de Luis Alberto Villarreal.
En el paso está sondear empatías después de un resguardo de cinco meses, e inventariar el resto de aquella votación de 12 millones de simpatizantes.
Ahora se encuentra con un partido disminuido por la maniobra de “depuración”, funcional para Gustavo Madero, amén de un líder de partido que trata de mantenerse un segundo periodo, apoyado por Enrique Peña Nieto.
Seguramente la ovación del sábado le dio nuevos bríos, era un auditorio nada fácil, pero deberá cuidarse de no caer en terrenos preparados para exhibirla rechazada.
Siempre será mas difícil iniciar un nuevo partido, en Acción Nacional debe demostrar que es el elemento aglutinador de la masa de simpatizantes, y que la vergüenza del tercer lugar se la debe a Felipe Calderón, a la discordia instigada desde Los Pinos y a la falta de grandeza del delfín Ernesto Cordero que nunca superó los rencores que le impidieron entregar el corazón en la campaña. Ahora se encuentra en constante lucha contra su medianía, frente a los tiburones del PRI.
Josefina podría irse a su casa. Una opción que seguramente no considera.
Pero la delantera hasta el momento está en manos de Gustavo Madero, no tiene otro objetivo que la reelección para controlar las candidaturas. Mucho tendrá que ver Baja California y su bancada en la Cámara de Diputados coordinada por Luis Alberto Villarreal, tan funcional como Juan Molinar Horcasitas, que deja en el camino una historia de infidelidades desde el sexenio de Vicente Fox Quezada.
Dicho por sus pares de la firma del Pacto por México, Madero muestra una astucia para controlar el partido que estuvo ausente en las últimas elecciones, entre ellas las de Luisa María “Cocoa” Calderón.
Pero tal vez su mayor victoria es el aval de los Consejeros a la firma del Pacto, a pesar de los reclamos por no consultarles los positivos que ganó Enrique Peña Nieto en el acuerdo con las dos grandes fuerzas opositoras, al día siguiente de la toma de posesión.
Josefina puede ser la manzana de la concordia.
Esta vez no hay medias tintas en la intriga de sus adversarios, la quieren debilitada, en el mejor de los casos, autoexiliada, o refundando una nueva aventura con su Ola Civil. A su favor está la gran ovación en la reunión del Consejo Nacional, y es de las que, con poco octanaje, le es suficiente para agarrar nuevamente el vuelo.
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