Hugo Páez
Mucho antes de romper con el PAN, Manuel Clouthier Carrillo el hijo del Maquío, sentenció: “Felipe Calderón es bueno para hacer enemigos”.
Así dejará Calderón a Enrique Peña Nieto, a las fuerzas federales enfrentadas, con fuertes desencuentros entre la Sedena, Marina, la Policía Federal (SSP), la PGR, y para colmo de males, el Poder Judicial contra Marisela Morales.
La lista va mas allá. Como nunca el PAN se dividió por la derrota histórica y la persistencia del calderonismo que presiona para quedarse con los restos del partido y evadir la responsabilidad por el retorno del PRI a Los Pinos.
Divididos también los medios de comunicación y la opinión pública en la intentona del gobierno por expropiar el ancho de banda de la frecuencia 2.5 GHz concesionada a MVS, sin tocar la monopólica distribución de las frecuencias de televisión abierta.
En el orden de las urgencias en la percepción ciudadana, Peña Nieto tendrá que trabajar muy duro para acercar a las fuerzas federales, para eliminar la gran distancia y discordancia entre la Sedena y la Marina; entre estas dos con la Secretaría de Seguridad Pública, y los palos de ciego de la Procuraduría por el abuso del arraigo, que entre los hombres de leyes cercanos a Peña goza de total descrédito. En algún momento Humberto Benitez Treviño, abogado, legislador y ex Procurador General de la República, de origen mexiquense, me comentó que esa figura, la del arraigo, debería proscribirse de inmediato por violatoria de los derechos humanos.
Tal vez Felipe Calderón encontró a inicios del sexenio un cochinero en las instituciones de seguridad pública, pero al final deja un desmadre.
Un desmadre reflejado en las ansias de la Marina por colgarse medallas, un ejemplo es la fallida captura del presunto hijo de “El Chapo” Guzmán; un desmadre reflejado también en el enfrentamiento entre federales contra federales en el aeropuerto; en el ataque a los agentes de la CIA, vestidos de diplomáticos de Estados Unidos en Tres Marías; en la detención de los Generales de la Sedena que seguramente no serán juzgados en este sexenio, el que los arraigó y aprehendió basado en testimonios de delincuentes protegidos.
La lista del desmadre deja registro mes a mes durante seis años con daños colaterales en la lucha contra el crimen organizado, y deja un triste final al abandonar la publicación del conteo de las muertes dolosas, en un final del sexenio recrudecido por la delincuencia organizada que avienta ejecutados, descabezados y calcinados; lo último, la quema de gasolineras, incendio de automóviles y espectaculares narcobloqueos en Guadalajara, uno de los ex bastiones del PAN.
¿Y de la lista de amigos..? no encuentro ni a sus antiguos Max Cortazar, Cesar Nava y la dolidísima Josefina Vázquez Mota que retorna en unas horas a México para asegurarse que no le carguen el desmadre del PAN.
hugopaez@prodigy.net.mx página oficial: www.hugopaez.com
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