Hugo Páez
Un día después de presumir que en su país las manifestaciones no eran contra el presidente de la república, sino contra otros actores, Felipe Calderón Hinojosa descargó un discurso bravío contra legisladores de la oposición que niegan las reformas al Código Federal de Procedimientos Penales.
El tono de regaño provocó reacciones como la de Francisco Rojas, coordinador parlamentario del PRI quien reclamó al presidente la poca capacidad del gobierno federal para hacer cumplir las leyes que habían aprobado en el Congreso, y que en ningún momento recibieron de Los Pinos iniciativas en materia energética y fiscal. No faltaron las voces que acusan de oportunista electoral, sin embargo, en anteriores ocasiones Calderón no se ha amarrado la lengua para presionar a los legisladores, aun cuando estos le reclaman que aprueban reformas y él no las publica.
El foro de Seguridad y Justicia fue una oportunidad ideal para el reclamo presidencial, ironizó sobre los tiempos y los retó a convocar a un periodo extraordinario de sesiones para evitar pretextos sobre reformas inconclusas.
Mayo tuvo grandes muestras de violencia en diversos puntos del territorio nacional, de nuevo las ejecuciones ocuparon los primeros lugares en los medios de comunicación y aumentaron la percepción de impotencia en la lucha contra el crimen organizado.
Cadereyta fue una escena de terror con 49 torsos de personas ejecutadas por los Zetas, y aun cuando el Ejército capturó en muy poco tiempo a Daniel de Jesús Elizondo Ramírez “El Loco”, uno de los principales autores de la matanza, fue visto como un segundo capítulo después de los nueve colgados en un puente de Nuevo Laredo que provocó otros 14 masacrados en venganza.
La furia presidencial remató en el Poder Judicial. Calderón se inconformó por las argucias legales que dejan en libertad a criminales; reventó, sin nombrarlo, al priista Jorge Hank Rhon como uno de los impunes que burlaron la ley cuando existió la prueba de una pistola criminal que acabó con la vida de una mujer en Tijuana.
A pocos meses de pasar la banda presidencial, Felipe Calderón exige el compromiso de los candidatos para continuar con su lucha que arroja mas de 50 mil muertes dolosas en el sexenio.
El señalamiento pretende autoerigirse como un valiente y trata de exhibir a los cobardes que rehuirán o negociarán con el crimen organizado. Sabe que la respuesta es obvia, que difícilmente alguno dirá lo contrario; y a pesar de que adopten su cruzada, quien responda le dará la razón y abonará a la imagen heroica que se construyó, con ayuda de quien en su momento lo comparó con Eliot Ness.
hugopaez@prodigy.net.mx página oficial: www.hugopaez.com
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