Hugo Páez
A partir del discurso de ayer, arropado en la figura de Francisco I. Madero, Felipe Calderón se convirtió en el principal activo de Josefina Vázquez Mota.
Atrás quedaron las heridas de la precampaña, de los apoyos a Ernesto Cordero Arroyo, ¡que caray! cualquiera puede ejercer su derecho a tener favorito, a pesar de meter en serio las manos por él. Pero eso quedó en el pasado, superado por quien debía tomar la batuta en la operación cicatriz. Así lo hizo la Señora de la Casa.
El mensaje del presidente en San Luis Potosí se cargó en las virtudes del Apóstol de la Democracia, que blande como bandera el PAN desde hace décadas.
Entre líneas emergieron los triunfos de su partido en el 2000 con Vicente Fox, y en el 2006 con el propio Calderón, quien lanzó una sugerente advertencia: la democracia y su continuidad es el PAN, y es Josefina Vázquez Mota, no se equivoquen.
Felipe sabe de eso, no hay duda; durante la campaña del 2006 fue un candidato con experiencia, mediático, que indudablemente tenía como activo a Vicente Fox Quezada, por tal motivo, sabe el insustituible apoyo que es el Presidente de la República, para la candidata de su partido.
Si no logran afianzarse como principal activo, él y Margarita Zavala Gómez del Campo, con su magnífica aceptación popular, Vázquez Mota corre el riesgo de ser parar esa continuidad de la que habla Calderón, a la que con habilidad convierte en verdadera democracia "que da soluciones duraderas a los problemas que enfrentan los mexicanos"; no la simulada de los sexenios anteriores al 2000.
Habló de los que asesinaron a Francisco I Madero, y traicionaron a la democracia por los privilegios perdidos.
Poco a poco se irá construyendo un discurso paralelo al de Josefina. Podrá ser evocado por su equipo y funcionarios federales que la apoyen en tiempo y forma, sin transgredir la ley electoral. Desde ahí golpearán a Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, como es usual en la rispidez de una elección presidencial; así lo definió ayer Manlio Fabio Beltrones al responder cuestionamientos sobre la guerra sucia que denuncia su partido, el PRI, y a la que tratan de etiquetar como una elección de estado orquestada desde Los Pinos.
Josefina y Felipe no tienen alternativa, la estructura del PRI operada por la mayoría de los gobernadores y un equipo muy experimentado en elecciones, va por todo, y espera los peores ataques.
Como candidato puntero, con amplia ventaja en las encuestas, Peña Nieto se favorece por la veda intercampañas. Después de la disposición de Ernesto Zedillo Ponce de León para aceptar el cambio democrático en el 2000, al presidente le va a costar trabajo sembrar la idea maniquea de los demócratas contra los anidemócratas, PAN contra PRI. Pero en la guerra electoral es un golpe que da en el blanco, lanzado por un tribuno indiscutible, que, como decía, se perfila como el principal activo de Josefina.
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