Hugo Páez
Por primera vez se presenta una opción real para creación de un marco legal para una Procuraduría General de la República que sea constitucionalmente autónoma y transexenal.
Las condiciones y las exigencias están dadas. Marisela Morales Ibañez, como ningún otro aspirante a la PGR tiene una larga carrera y ha pasado la prueba en una institución en la que se han dado grandes casos de corrupción y colusión con el crimen organizado, fue reconocida internacionalmente y una gran generalidad en el Congreso está de acuerdo con su designación. Puede ser una opción de prueba para la primera figura del procurador transexenal, evaluada con su trabajo en la Suprocuraduría Especializada en Delincuancia Organizada (SIEDO) que, aun con prisas, se llevará tiempo construir el marco legislativo.
La gran exigencia de los partidos de oposición en este y sexenios anteriores es garantizar que la PGR no tendrá usos políticos ni electorales, un requerimiento auténtico que tiene que ir mas allá de un compromiso del procurador y del Presidente de la República, puede ser consolidado por las Cámaras de Senadores y Diputados en una reforma legal que garantice un periodo entre dos sexenios con autonomía real, fuera del ámbito del Poder Ejecutivo, un concepto contrario al que se quiso imponer en Oaxaca, que según Gabino Cue, era estrategia de protección del entonces gobernador Ulises Ruiz, sin embargo, el coordinador parlamentario de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, puntualizó ayer la necesidad de darle autonomía del ejecutivo para construir una verdadera fiscalía de los ciudadanos.
La sombra de la persecución políca esta presente, no obstante no debe ser blindaje para funcionarios infractores, Felipe Calderón tiene razón al decir que debe ser muy cuidadoso en señalar a los narcopolíticos sin evidencia jurídica. La palabras de un presidente de la república tienen un peso especifico mucho mayor que el del ciudadano común, además, ha vivido en carne propia las imprecisiones que le han provocado datos erroneos proporcionados por su equipo de asesores.
Un claro ejemplo es el calificativo de pandilleros que endilgó a los jóvenes masacrados en Ciudad Juárez, posteriormente tuvo que dar una disculpa pública, otro ejemplo -solo par ilustrarar el campo minado de la información errática- es cuando dio estatus de fallecido a un administrador de aduanas secuestrado en Veracruz, su situación era jurídica era "desaparecido", de nuevo la aclaración de Los Pinos.
Si, las imprecisiones en un presidente son muy delicadas, sobre todo en el tema del crimen organizado, sin embargo, no podemos negarnos al sentido común, a la información cotidiana de observación directa, esa que no puede probar juridicamente responsabilidades en los bastos eslabones de la cadena del narcotráfico pero que es omnipresente, tomando en cuenta que los delincuentes mas exitosos no son idiotas, saben como evadir la justicia. Los fracasados, están en la cárcel.
Existe una subcultura permisiva y hasta admiradora del comportamiento delincuencial inteligente, porque burlan la ley. Actitud alentada por la cultura de la ilegalidad, profundamente penetrada en la vida cotidiana al grado que ni siquiera la notamos, y mucho menos la asumimos como corrupción en diferentes grados, por eso no está demás que también el presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés Zurita, insista en que es necesaria una normatividad más estricta para cerrarle el paso al dinero del narcotráfico en las campañas políticas, no es un tema fácil, requiere de un manejo muy cuidadoso porque se podría convertir en un dique para la libertad de expresión.
La tésis de la narcopolítica fue reventada y los partidos opositores al PAN, la convirtieron en una especie de persecución que es utilizada sin desperdicio por Humberto Moreira. Felipe Calderón debe al ex presidente del PAN Germán Martínez una primerq guerra mediática que no dio resultados, por el contrario, perdió un gran espacio en la Cámara de Diputados.
No se entiende el poder del narcotráfico sin complicidad política, fueron las palabras de Calderón, una tesis muy añeja, una verdad que flota en el aire décadas atrás. Nada nuevo, excepto por el puesto del mensajero, un presidente al que le urge atenuar el problema que se está facturando a su partido la violencia del crimen organizado en constante ebullición y que en los últimos días cobró vida de jóvenes en Cuernavaca y decenas de ejecutados en Nuevo León, acciones que ayer provocaron protestas sociales en diversas ciudades del país y el extranjero.
Violencia es la palabra en el mundo para identificar a México, un gran reto tiene Marisela Morales para ejecutar gran parte de las 500 mil ordenes de aprehensión que están sin atender, no todas del ámbito federal, pero si las mas peligrosas, según palabras del presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados Humberto Benitez Treviño, pero tal vez el trabajo mas delicado será reestructurar a la Agencia Federal de Investigación (AFI). En los tiempos de desencuentro entre Genaro García Luna y el entonces procurador Eduardo Medina Mora, el Secretario de Seguridad Pública arrinconó a los peores elementos que no pudo incluir en la Policía Federal y se los dejó a la AFI, dependiente de PGR.
No se trata de elementos ineficientes, el problema es mucho mayor, se trata, en los casos más críticos, de agentes heredados de la Dirección Federal de Seguridad y de policías que se negaron a presentar exámenes de toxicológicos y de confianza bajo la protección de un amparo, que en su momento armaron manifestaciones públicas a Luis Cárdenas Palomino en marchas hasta el Senado para presentar sus “demandas”.
Sin una AFI limpia y eficiente, Morales difícilmente cumplirá su cometido. Arturo Chávez Chávez llegó a la PGR para postergar el problema, fue incapaz de cumplir las tareas que le encomendó Felipe Calderón, sin embargo el presidente vio en acción a los dos y seguramente confía que la ex titular de la SIEDO si pueda cumplirle a los mexicanos. Nada fácil, va a necesitar el apoyo y la paciencia de todos.
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nada mas tonto e incierto en relación a la AFI, los elementos que quedamos en esta corporación, somos gente con la camiseta bien puesta, no nos dejamos engañar por palabrerías oficiales, siempre hemos estado dispuestos a cualquier tipo de exámenes y evaluaciones, a lo que no estamos dispuestos es a atender una serie de amenazas, en su momento no existió invitación formal y oficial para pasar a las filas de la POLICÍA FEDERAL, ¿como porque iba a renunciar? dejando atrás antigüedad en el empleo. Así es nunca se trato de un "pase automático" el problema no era querer ser parte de una nueva policía, la cuestión era que nos querían obligar a renunciar a nuestros cargos, sin ningún tipo de remuneración, mejor que me "corran" (como a los de luz y fuerza) y ya veré si me contrato en otra policía.
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