Hugo Páez
Imagino que Alejandro Encinas revisó con expertos en leyes electorales la viabilidad de su candidatura en el Estado de México, de otra forma ningún sentido tiene el cónclave con las piezas claves de la izquierda mexicana en el restaurante El Cardenal de la Alameda.
El ridículo rebasaría a todos, incluyendo al Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, al coordinador parlamentario del PRD en el Senado, Carlos Navarrete, al presidente del partido, Jesús Ortega, del PT Alberto Anaya, Convergencia Luis Walton y a su homólogo suspirante de la Cámara de Diputados.
A veces las estructuras fallan y solo que la federación de partidos de izquierda le apuesten a repetir en numerito que permitió a Andrés Manuel López Obrador presionar para que el IFE y los partidos opositores lo dejaran competir por la Jefatura de Gobierno del DF, sin cumplir la residencia en la capital de la república, solo que estén confiados en eso, sería imperdonable que Encinas estuviera cruzando la ruta electoral en una cuerda floja.
En boca del coordinador de los diputados perredistas, meses atrás afirmó no cumplir con el requisito de residencia. Sustituyó a López Obrador en la Jefatura de Gobierno hasta finales del 2006, lo que implica una residencia comprobada en el DF, cuatro años atrás.
Bajo el supuesto que no estamos frente a una cargada que pretende presionar a autoridades electorales y partidos opositores para permitir la candidatura de Encinas, y en efecto cumple los requisitos, el personaje puede darle un dolor de cabeza a Enrique Peña Nieto y al PRI mexiquense, sobre todo si el conglomerado alrededor del coordinador parlamentario convencen al PAN de aliarse con el propósito de detener al presidenciable puntero en su propio terreno.
La alinza PAN - PRD superó la embestida “moralista” del PRI en las elecciones del 2010, se habló de unión antagónica, contranatura, de doctrinas opuestas en una relación perversa con el objetivo de eliminar a un tercero. Claro, el pecho del profeta no tenía la calidad moral para predicar el sermón, gracias a eso, los ataque no tumbaron las alianzas en Sinaloa, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
El hecho de que Enrique Peña Nieto promoviera un acuerdo de no alianzas electorales en el Estado de México con el entonces presidente del PAN Cesar Nava, signado por el Secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont y la presidenta del PRI Beatriz Paredes Rangel, habla del temor real a enfrentarse a una alianza. El acuerdo primero fue negado y después incumplido por Nava, sin embargo, en el 2009 Enrique Peña Nieto no tenía la solidez reflejada en las encuestas actuales, ni los amarres tan fuertes al interior de su partido. Lo que fue una acción de previsión en esos momentos, puede sobrar en estos.
Sin un candidato fuerte para la gubernatura el PAN está en una posición débil ante el PRD, PT y Convergencia con Alejandro Encinas. Josefina Vázquez Mota siempre mantuvo su postura de rechazo y al parecer, quien podía convencerla, Felipe Calderón, se tardó o no quiso hacerlo.
Seguramente el PAN no pierde de vista la premisa principal en la elección mas importante del 2011: competir sin alianza con el PRD es un suicidio. Como laboratorio electoral, el Estado de Mexico ha generado innumerables tesis, desde las mas obvias a las mas alucinadas. Una habla de que PAN y PRD no irían juntos porque de ser derrotados significaría un adelanto de la presidencial de lo que pasará en el 2012, como si dar el triunfo anticipado a Peña Nieto fuera un mejor camino. Pero a pesar de que Alejandro Encinas es considerado en el PAN un buen legislador y un hombre de izquerda aceptable en términos de la derecha albiazul, de botepronto, cuando fue nombrado en diciembre después del frustrado destape de Yeidckol Polevnsky, el rechazo de importantes miembros de Acción Nacional fue inmediato. En esos días el coordinador parlamentario del PRD en la Cámara de Senadores tomó su tiempo para asegurar que cumple con los términos de residencia que marca la Constitución del estado, suponemos que salvó ese obstáculo, pero le queda el descrédito de haber facilitado la toma de protesta como diputado al prófugo de la justicia Julio Cesar Godoy Toscano, a pesar de haber sido enterado de las evidencias que lo ligan con el cartel de "La Familia" michoacana y las grabaciones telefónicas donde trata como compadre a Servando Gómez "La Tuta", el 16 de diciembre lo escribí en este espacio con el titulo “Godoy, Encinas y Acosta Naranjo pusieron al Congreso en el mapa delincuencial” (http://hugorenepaez.blogspot.com).
Después del vergonzoso episodio, el mismo Encinas le volteo la cara a su ex protegido y apoyó el desafuero. Estos elementos jugarán en contra del aspirante a candidato pero sacan del aprieto al gobierno federal que tiene carta abierta para aplicar todo el peso de la ley contra el hermano del gobernador de Michoacán sin vilentar el futuro de las alianzas. De hecho el propio Leonel Godoy arremetió contra su hermano en conferencia pública.
Encinas tiene currículum y a pesar de estar muy cerca de Andrés Manuel López Obrador, ha demostrado autonomía y capacidad para conciliar los difíciles extremos a que somete el ex candidato presidencial a sus pares de la izquierda.
Emerger como opción frente al fallido intento de Yeidckol que dividió a la izquierda, sorpresivamente logró ser un punto de convergencia entre Andrés, Marcelo y los Chuchos. Falta el periodo de reflexión del PAN, las sumas y restas que lo enfrentarán a una realidad en la que la izquierda le tomo la delantera y se comprimieron las opciones. Sin duda, el presidente Felipe Calderón tendrá la última palabra, de esa importancia es la elección del estado de México.
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