Hugo Páez
El mismo espíritu que unió a la mayoría relativa de los electores mexicanos contra el PRI en el año 2000, pretende ser rescatado por el PAN para consolidar una gran alianza en la presidencial del 2012, pasando por la elección del Estado de México en el 2011.
Las condiciones aun no están de definidas, sin embargo posiciones importantes como la de Juan Ramón de la Fuente dan forma a la tendencia que empieza a operarse como una reedición del voto útil, en la que él estaría incluido, por supuesto.
Esta vez los dos grandes bloques no tratan de sacar al PRI de Los Pinos, sino evitar que regrese. PAN y PRD tendrán que poner todo el talento, voluntad y moldear su polarización para lograr el acuerdo que los lleve a la gran meta.
En principio, el hecho de que los consejos del PAN y del PRD en el Estado de México acordaran por separado una posible unión electoral como premisa principal, es la convergencia de un objetivo mayor, por encima de intereses menores.
En el año dos mil se gestó una gran unión, tal vez irrepetible, los votantes que sufragaron por el cambio poco a poco vieron que la esperanza mutó en ingenuidad, que exige mayor participación ciudadana en un mundo real que exige resultados, mucho trabajo y talento.
La euforia se apagó en el segundo año de Vicente Fox, se volvió una gran duda en el tercer año, y se convirtió en una oportunidad de oro para la izquierda, en el cuarto año, con el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
Hoy es otra historia, el caudillo cometió errores muy costosos, le creció en su propio terreno Marcelo Ebrard Casaubón y el horizonte no le pinta tan claro, por eso tiene metas a corto plazo. La primera: neutralizar la fuerza del Jefe de Gobierno que amenaza arrebatarle la candidatura del PRD. Quiere darle un golpe tempranero en el Estado de México, aun a costa de arriesgar una victoria de Enrique Peña Nieto. No habrá mañana si no es capaz de consolidar a todos los partidos de izquierda bajo su tutela.
Marcelo se erigió en el peor enemigo de Andrés Manuel, al que no puede atacar de frente y basa su fuerza en la capacidad de hacer acuerdos con las posiciones mas antagónicas, lo vimos en las campañas de Oaxaca, Durango y Sinaloa en la trinchera del PAN, maniobra prohibida para López Obrador, para el que fue reetiquetado por el presidente con la frase “Es un peligro para México”.
Si el PAN logra estructurar el concepto, en pocas semanas emergerá un gran bloque de conjurados con el propósito de evitar el regreso del PRI. No necesitarán conciliar ideologías, la base teórica está a la mano e hizo historia en el año 2000.
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