Hugo Páez
No solo Raúl Plascencia hizo el ridículo al avalar la falsa huelga de hambre que montó el Sindicato Mexicano de Electricistas, el Senado de la República y en especial Rosario Robles, titular de la Comisión que eligió al presidente de la CNDH en noviembre del 2009, tienen responsabilidad al dejarlo utilizar un organismo autónomo fuera de su ámbito legal.
A través del segundo visitador Marat Paredes Montiel, Plascencia envió a médicos de la CNDH a verificar el estado de salud de Cayetano Cabrera y 13 de sus compañeros. No se puede llamar engañado, después de la visita emitió un acta circunstanciada que resultó en medidas cautelares dirigidas al gobierno federal para proteger la salud “critica” de los huelguistas.
Antecedentes de falsas huelgas de hambre fueron atestiguadas por visitadores de Derechos Humanos en la administración de José Luis Soberanes. En todos los casos comían galletas y tomaban agua.
Por eso es francamente sospechoso que después de estos antecedentes y la revisión a los huelguistas, la dependencia de Raúl Plascencia avalara la farsa.
El viernes, después de las revisiones que les practicó el personal médico del Seguro Social, los huelguistas se fueron a su casa sin evidencia de pérdida de masa muscular y bioquímicamente íntegros.
Lo que no puede permitir el Senado es la incompetencia y el abuso de funciones de la CNDH. No si quiere seguir con el proyecto de avalar a los miembros del gabinete, dentro de las reformas del estado.
El abuso en la funciones está demostrado al exigir una solución política a las peticiones del SME, cuando el artículo 102 constitucional señala expresamente que CNDH no tiene competencia en asuntos laborales.
En estricto sentido, cuando una persona opta por la huelga de hambre no existe violación de derechos humanos, ni hay delito que perseguir, aún si llegara a fallecer, que no es el caso de México, donde nadie ha muerto por este tipo de huelgas.
El segundo visitador de la CNDH, Marat Paredes, basó su supuesta petición de medidas cautelares en un reglamento interno de la Comisión que se contrapone a la Constitución, por lo tanto está viciadas de origen y es a todas luces ilegal.
La intervención de Derechos Humanos en los términos que planteó Plascencia fueron oportunistas y prefabricadas a favor del Sindicato Mexicano de Electricistas, al que la CNDH dio credibilidad con su emisión de medidas cautelares con las que los ciudadanos fuimos engañados al tomar como buenas las conclusiones de un organismo de defensa ciudadana. Sin lugar a dudas el Senado no puede permitir que la titularidad de un organismo gestado en su ámbito legislativo perviva en la incompetencia e impunidad.
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