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martes, 24 de noviembre de 2009

Héctor Osuna de espionaje telefónico a otorgar concesiones de radio y TV

Hugo Páez

¿Qué quiso decir Andrés Manuel López Obrador con democratizar los medios electrónicos? ¿Repartir los canales de televisión a varios concesionarios? Porque a diferencia del monopolio de dos cabezas, la radio tiene muchos concesionarios.
Nadie lo sabe con precisión -sospecho que tampoco Andrés Manuel-, pero utiliza este misil para tirar el cerco mediático que dice le tendieron; el propio acto del Zócalo sirvió para documentar las fobias y filias que provoca. Por ejemplo: en una misma plaza, el mismo día, algunos periódicos destacaron como foto principal la Plaza de la Constitución llena de simpatizantes del movimiento, otros, publicaron el lugar lleno de globos aerostáticos.
Indudablemente la importancia del espectáculo turístico simplón dista años luz del significado político de la presentación del decálogo de López Obrador, aun con las fobias que provoca en grandes sectores de la población. Lo arrinconaron.
El líder de izquierda recalcó que su propuesta democratizadora no incluye expropiación ni censura; los dueños de los medios electrónicos no le creen, por eso se obligó a dejarlo “bien claro”.
El uso comercial de las frecuencias radioeléctricas del espectro son patrimonio nacional; por lo tanto, la concesión de señales de radio, televisión, telefonía e internet que utilizan este medio físico, es de los mexicanos. El buen ó mal uso que se dé, no solo es responsabilidad de los concesionarios, sino del gobierno que los regula. Entonces, concentrar más de un canal de televisión en una misma empresa es un verdadero atentado contra la democratización de los medios, tal como dice Andrés Manuel, ya que este tipo de banda permite menos de 10 canales de tv abierta y la influencia en la población es vital para una sociedad bien informada y educada. Está demostrado que la mierda que trasmite la televisión abierta comercial tiene gran influencia en la educación de los mexicanos.
En alguna ocasión, un alto funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes dijo que los organismos reguladores, como la COFETEL de Héctor Osuna, se convirtieron en fans de los regulados; o sea, una clase de “empleados”, por lo tanto, las compañías hacían lo que querían. Como ironía del destino, ayer la Corte falló a favor de que COFETEL otorgue, renueve y revoque las concesiones de radio y televisión, en lugar de ser la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes quien lo haga.
La Comisión es un organismo con cierta autonomía, a diferencia de la SCT, sin embargo, Osuna, ex senador panista que fue nombrado por Vicente Fox y avalado por el Congreso, goza de la confianza del presidente Felipe Calderón, aun cuando estuvo acusado de espionaje telefónico al ex titular de la SCT, Luis Téllez; Purificación Carpinteyro declaró que él le proporcionó el disco de las grabaciones. ¿Y los cambios profundos que urgió el presidente?

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