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jueves, 2 de julio de 2009

Los calderonistas de Germán Martínez

Hugo Páez

Todo parece estar preparado en el cuartel de Germán Martínez Cázares para justificar la inminente derrota del PAN el 5 de julio.
Derrota cuando el partido en el poder no avanza en la elección intermedia, al contrario, perderá posiciones en la Cámara de Diputados, y muy probablemente la primera minoría.
Derrota ante el Consejo del partido, cuando tomó rutas peligrosas y agresivas sin consultarlo, argumentando que eran decisiones del calderonismo, representado en el CEN del PAN por Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita, lo que inevitablemente trazó una línea con el resto de militantes, metiendo al PAN en una mecánica tribal que es el peor de los escenarios para cualquier partido.
El mayor daño colateral de Germán será dejar al presidente Felipe Calderón Hinojosa en una posición débil al interior del partido para elegir candidato presidencial. Irremediablemente, los agraviados formarán un frente silencioso, al estilo de Acción Nacional, para bloquear el oficialismo que los llevó a la derrota del 5 de julio, aunque consideren a Calderón como el principal activo del partido.
Se habla de una reunión del Consejo que debería efectuarse antes de terminar el año, sin embargo, las circunstancias prometen adelantarla antes de que concluya el verano. Ahí saldrán las facturas de la imposición de candidatos en distritos electorales y a gubernaturas como la de Fernando Elizondo en Nuevo León, que de perder frente a Rodrigo Medina del PRI echará por tierra la tesis de Germán que pidió a la militancia aceptar la imposición, como la mejor vía para el triunfo. El dedo del presidente del PAN y de la voz que le habla al oído quedarán completamente desautorizadas.
La estrategia de crisis en el cuartel de Germán se centra en convencer de que la derrota no es tal, considerando la desventaja con que inicio el año electoral. Dicho en otras palabras: que se ganó perdiendo. En estos momentos se busca afanosamente el remedio para calmar la tormenta y que lo dejen navegar el resto del periodo que concluye en 10 meses.
La derrota del Comité Ejecutivo Nacional del PAN dará espacios para afianzar precandidatos como los ex secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña y Santiago Creel Miranda, y dejará en posición débil a los que se perfilan como favoritos del gabinete, entre los que se encuentran Alonso Lujambio, Secretarío de Educación Pública y Ernesto Cordero de la Secretaría de Desarrollo Social.
Otra táctica que le dará tiempo para calmar los ánimos será interponer una avalancha de impugnaciones para mantener el foco de atención en presuntos operativos de maniobras electoreras del PRI en los estados de la república y del PRD en el Distrito Federal.
Mariana Gómez del Campo no pudo concretar los últimos pasos para afianzar la delegación Coyocán que disputa Obdulio Ávila Mayo, ni aprovechó la crisis en la candidatura interna del PRD que tronó a José María Pérez Gay e impuso a Raúl Flores como candidato a jefe delegacional, momentos inéditos de debilidad en una demarcación insignia del Sol Azteca que reforzaría al PAN capitalino. De hecho ni siquiera los representantes de Acción Nacional cubrirán todos los distritos, como el 29 de Iztapalapa, otra oportunidad echada por la borda en una delegación que se convirtió en el corazón de las pugnas virulentas entre Andrés Manuel López Obrador y el PRD. Dos momentos cruciales que dejaron la puerta franca al PAN y no se metió hasta la cocina, como debió hacerlo.
La recta final está trazada, la desesperación por revertir tendencias provocó enfrentamientos con el PRI y el PRD que dejaron profundos agravios que dificultarán acuerdos del gobierno federal en el Congreso, el trabajo parlamentario del PAN en la nueva legislatura será aún más débil que sus curules reducidas, y los que se quedaron relegados como Javier Corral irán a la carga, contra el calderonismo acuñado por Germán.

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